José María Aznar se ha expresado con la contundencia exigible a un hombre de Estado. Ha calificado a Arturo Mas de “golpista y desleal”. El traidor a España ha organizado una parafernalia desmesurada e irresponsable que el buen sentido de la ciudadanía catalana ha castigado con un ridículo excepcional e histórico.Arturo Mas, como Ibarreche, tiene todo el derecho a ser secesionista y a procurar la independencia de Cataluña. España es un país libre. Tiene todo el derecho, en efecto, pero sometiéndose a las leyes y a la Constitución. Ibarreche, justo es decirlo en su honor, acudió al Congreso de los Diputados a exponer su plan, que fue rechazado.
Nadie discute que Arturo Mas pueda intentar la reforma de la Constitución conforme al Título X. En lugar de acatar la Carta Magna, refrendada por la inmensa mayoría del pueblo español, también el de su Comunidad Autónoma, ha anunciado que se pasará la Constitución pro el arco del triunfo y que, sí o sí, irá adelante con su proyecto. Aznar ha hecho bien en calificar esa actitud de golpista. No todos los golpismos se derivan de la fuerza de las armas. Si Mas trata de violentar la Constitución es un golpista. Si somete su plan secesionista al procedimiento que señala el texto constitucional su posición será absurda pero aceptable en un Estado de Derecho como España.
Frente a la tibieza de muchos de los dirigentes de su propio partido, José María Aznar ha hablado alto y claro. Cuando está en juego la unidad de España, las medias tintas, los silencios, los balbuceos no son de recibo.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española
Remitido por Enrique Tre
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